La dirigencia gremial del Atlántico considera que los puntos críticos, caracterizados por fuerte erosión, en la carretera Ciénaga – Barranquilla deben ser atendidos con sistemas de viaductos similares a los contemplados en la doble calzada Barranquilla – Cartagena.

En este último caso las obras fueron incluidas para solucionar los impactos ambientales en la zona de manglar de la Ciénaga de la Virgen.

Para los gremios, los efectos son los mismos que se causarían en la doble calzada Ciénaga - Barranquilla, y el agua salada (salinidad) es la misma, ya que  el Mar Caribe que llega allá, es el mismo que llega acá.

Sin embargo, tal como se ha venido planteando, para poder ejecutar la doble calzada Ciénaga – Barranquilla, se requiere afectar una zona de mangles, lo que obligaría a la obtención de un permiso para levantar la veda existentes, con el fin poder manipular los mismos.

Esto teniendo en cuenta las restricciones existentes para la conservación de la naturaleza en esa área.

En el caso de la Vía al Mar también se registraron los mismos inconvenientes, ante lo cual el concesionario planteo un viaducto con un nuevo método constructivo, lo que permitió que su solicitud le fuese aprobada.

El mismo trámite se plantea para el caso de la doble calzada Ciénaga – Barranquilla, pues se trata de las mismas circunstancias, tanto en esta como en la Vía al Mar.

El propósito es concertar las soluciones con el Ministerio de Transporte, dentro de la búsqueda de soluciones y de la correspondiente financiación.